2 de enero de 2009

Chau Felipe



Estabas sentada esperando el subte frente a un enorme afiche que rezaba "Si querés resultados distintos, no hagas siempre lo mismo" cuando pensaste en que de lo único que estabas hablando con hombres era de drogas, de Hunter S. Thompson y de música de los 60, y nunca lo habías hecho consciente, pero te diste cuenta de que ya estabas agotada, de que ya no podías soportar que alguien vuelva a hablarte de los libros que ya leíste, ni de la música que ya escuchaste mil veces, que te vuelvan a hablar de Zeppelin como si fuera la última gran cosa, de los Doors, ¡de Syd Barret! Y vos tampoco querés volver a usar el mismo guión para levantarte al mismo chico, y para vivir la misma historia. No lo podes creer, pero estás harta de Felipe.
¿Y qué si el nuevo Felipe trae cosas nuevas y no las que ya le viste hacer a tantos? ¿Y qué si Felipe es algo totalmente distinto a lo que estás tan cerrada y secretamente tan podrida?¿Y si Felipe en vez de encajar como un zapato en tu vida la da vuelta por completo?
Dejaste de sorprenderte, ya te sabés el itinerario de memoria, ya sabés todo sobre ellos, tu vida armada empieza con una charla sobre el mejor disco de Los Beatles y termina en un hijo con nombre de tema de Spinetta y un marido que vive encerrado en un ático escribiendo y dejándose crecer la barba, y vos como una especie de María Kodama que cobra derechos de autor y publica obras póstumas. Les escuchás usar las palabras “perenne“ y “postmodernismo“ y ya sabés dónde vas a estar en un año, y en cinco, y en diez. "Si querés resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

Empezás a cuestionarte seriamente por qué un chico increíblemente sexy no es tu estilo solo porque no estudia en Filosofía y Letras y porque hace deporte.

Felipe es muy lindo en la teoría, pero no funciona tanto en la práctica. Felipe solo es adorable, pero ser dos con Felipe es imposible. Felipe es un vestido hermoso en la vidriera pero con el cual no podés ni sentarte. La combinación que hace con vos lo hizo perder la magia. Con Felipe nunca vas a reírte a carcajadas, ni a imitar a personajes de Bob Esponja, con Felipe los silencios nunca son cómodos y la encargada de levantar el ánimo siempre sos vos. Estar con Felipe es una tortura que tenés que soportar solo para estar con él. Felipe es el más inteligente, el más ingenioso, el más culto, el más talentoso, pero ya no soportás tenerlo cerca.

Tal vez el verdadero Felipe no tenga un nombre tan principesco, ni un diploma de la UBA, ni te lleve dos años, ni le guste Bill Murray, pero Felipe se queda aunque estés de mal humor, y se ríe de tu ceño fruncido hasta que te olvidás de por qué te habías enojado. Ese es Felipe, aunque a veces use calzado abierto.

1 comentario:

  1. Te leo y es como si estuvieras adentro de mi cabeza. No podría ser más real!

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