17 de enero de 2008

Llamáme Cuando Llegues


“Ojalá estuviera muerto. Es un deseo terrible. Es un deseo adorable. Si estuviera muerto sería mío. Si estuviera muerto, nunca pensaría en las cosas como son ahora y como han sido en las últimas semanas. Sólo recordaría los buenos tiempos y todo sería hermoso. Ojalá estuviera muerto. Quiero que esté muerto, muerto, muerto”.
Dorothy Parker

Hay una ironía en la cercanía que percibís cuando estás obligada a estar lejos de alguien. Mientras él está corriendo desnudo por un viñedo en Bolivia, y vos yacés vestida, encallada en la arena de la Costa Atlántica, es solo tuyo, no tenés que compartirlo con nadie, sos dueña del pasado sin un presente que lo desmienta. Sos libre de creer que la única razón por la que no están juntos es que no pueden, que una fuerza mayor es la que temporalmente mantiene sus caminos apartados. Cuando él no está todo es posible, todas tus ilusiones están justificadas por el solo hecho de que él no se encuentra ahí para darlas por tierra. Nada te impide fantasear con que en la distancia añoran el momento de estar juntos otra vez y que mientras realizan las modestas tareas de la vida cotidiana, no hacen más que pensar en el otro con dulce melancolía. Y nadie puede despertarte de tu sueño, ni siquiera él. Tus días sin su presencia transcurren entonces con una tranquilidad inusitada, esa de la que disfrutabas cuando aún no te interesaban los hombres, esa que te permite no perder el apetito, ni el sueño, ni transpirar como un chancho en pleno junio. Sabés que está, pero no tenés que lidiar con ello. Tus vacaciones son una alegre y despreocupada canción de Los Shakers.
Por más que lo extrañás continuamente, te reconforta su ausencia. En lo que este ensueño dura no te produce angustia descubrir que no todo es perfecto, y no te produce ansiedad intentar que lo sea. Cosas insignificantes como que no te llame, o que no te conteste en el MSN, o que te salude sin entusiasmo ya no te generan una súbita depresión ni logran crispar tu calma, aquella de la que gozás sabiendo que al menos mientras él no está, lograron tener una relación perfecta.

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